Plano-color
Por medio de una serie de juegos pretendo resaltar elementos de la fotografía anulando su contexto, y después, que los elementos de la fotografía salten de vuelta al espacio, que sean materia otra vez: elementos que en primera instancia pertenecieron al espacio real y que la fotografía convirtió en datos y en pixel; en un documento modificable y transportable etereamente, que se almacena sin ocupar espacio.
Me interesa partir de este juego entre estas dos realidades (la realidad en el espacio -que ocupa un espacio- vs la exacta misma realidad almacenada en datos, réplica -que no ocupa espacio-).
Y revertir los procesos.
Del espacio > a los datos > de vuelta al espacio.
El objeto que vuelve al espacio no es exactamente el mismo de la foto, el mismo "real". La alteración la evidencio con el tono pastel, como si fuera la secuela que queda al haber cambiado de dimensiones. El tono pastel delata la procedencia extraña del objeto.
La pintura cambia la materialidad del objeto por lo tanto el vínculo que se establece entre objeto y espacio deja de ser literal, deja de asociarse a un lugar específico. El tono pastel elimina la opción de vínculo inmediato con algún espacio determinado, puntual, como ocurre en el paso 1 cuando elimino el contexto de la fotografía.
¿Puede entenderse este nuevo espacio como un retorno a esa realidad o se vuelve una nueva realidad, un nuevo entorno?. La paradoja está en que en este intento de retorno no se está retornando a ese primer espacio 1 donde fue tomada la foto; se genera una nueva realidad, un espacio. Esto que parece un retorno (ir hacia atrás) es realmente un ir hacia delante.
"El mundo está lleno de objetos más o menos interesantes; no quiero añadir más" -Douglas Huebler
Margarita Besosa, julio 2018, Bogotá - Colombia.